Oncol, Patrimonio Bioacústico de Chile: El bosque que habla.

Gracias al monitoreo automatizado de registros acústicos de aves y anfibios presentes en el Parque Oncol, se busca conocer, entre otros aspectos, la diversidad de especies, sus patrones de vida y el impacto del cambio climático en sus hábitats, así como los alcances que podrían darse en el ámbito del turismo.

El registro bioacústico es una técnica científica reciente, pero de un avance vertiginoso. En los últimos años, se ha desarrollado tecnología de punta para la identificación acústica automatizada por medio de instrumentos capaces de evaluar la caracterización y monitoreo multitaxonómico de varias especies de fauna vocalmente activa.

Los sistemas de registro acústico automatizados permiten el muestreo a grandes escalas espacio-temporales, reduciendo los esfuerzos y los gastos de los investigadores en el trabajo de campo, y también disminuyendo los impactos potenciales de los investigadores sobre la actividad normal de los animales.

Por ello, Parque Oncol, en tanto Área de Alto Valor de Conservación (AAVC) de Arauco, viene a transformarse en un área protegida privada pionera en el monitoreo automatizado de especies que está arrojando las primeras luces de lo que podría transformarse en un futuro no muy lejano en el “primer paisaje sonoro” del Bosque Templado Lluvioso del país.

“Este es un proyecto de un muy alto nivel científico y técnico que aporta valiosa información para poder corroborar que estas AAVC están siendo conservadas de buena manera y que los valores biológicos presentes, y que se pretenden conservar para el futuro, están siendo cautelados a través de los proyectos e iniciativas de conservación que impulsa ARAUCO”, aseguró el Gerente de Medio Ambiente y Comunidad, Juan Anzieta.

Primer monitoreo.

En Oncol, los equipos de grabación estuvieron tres meses registrando sonidos. En total se lograron 3.000 grabaciones de 1 minuto, identificándose 26 especies de aves y dos especies de anfibios.

En relación a los patrones de actividad, el 81 % de las especies fueron clasificadas como diurnas y un 19% con movimiento tanto de día como de noche. El valor de estos resultados está en que por primera vez se estiman patrones de actividad de aves y anfibios en sistemas de bosque templado lluvioso en Chile, lo que marca un hito en la investigación con fines de preservación de ecosistemas.

Se pudo constatar, además, que los registros más altos se produjeron al amanecer y al atardecer en el caso de las aves, mientras que otras especies como los anfibios no mostraron una tendencia única y clara.

“El monitoreo acústico se está instalando como una herramienta ampliamente utilizada para evaluar el estado y la variación de las poblaciones de especies animales que producen sonido. La selva valdiviana de Chile es reconocida como un punto caliente de biodiversidad debido al alto nivel de especies endémicas y su estado de amenaza, asociado a la influencia antropogénica”, precisó Raúl Briones, quien es jefe del Programa de Conservación de Fauna de Bioforest, un centro de investigación científica y tecnológica de Arauco.